Notas de lectura
Anita
Vicente.
Santiago
Castellano, Comisión n°5.
Consigna:
notas de lectura.
“El
Cuento De Navidad De Auggie Wrem”
La
estructura del cuento
es doblemente enmarcada, lo que
significa que tiene una historia dentro de otra. Comienza con un narrador en
primera persona (el propio Auster, en apariencia) que relata cómo recibió el
encargo de escribir un cuento de Navidad. A partir de allí, se introduce la
narración que le cuenta Auggie: una historia supuestamente real que combina
humor, ternura y ambigüedad moral.
Este
marco narrativo cumple varias funciones:
- Cuestiona la verdad en la ficción. ¿La historia es real o
inventada?
- Introduce el tema de la creación artística, con un guiño autorreferencial:
el propio cuento que leemos sería el producto final del encargo que se
menciona al principio.
El
final deja abierta la interpretación, dando un cierre ambiguo pero potente, que eleva la historia a una reflexión
sobre el poder del relato.
El narrador
El
narrador principal es un autor,
posiblemente un alter ego de Paul Auster, quien se presenta como escéptico,
agobiado por el encargo de escribir algo navideño sin caer en sentimentalismos.
El
segundo narrador, Auggie Wren,
es el verdadero protagonista: un personaje entrañable y enigmático, que trabaja
en un estanco y tiene una doble vida como fotógrafo obsesionado con captar el
paso del tiempo. Auggie es un fabulador carismático, y su historia es tan
inverosímil como conmovedora. Su relato combina lo ético con lo dudoso: actúa
con compasión, pero también con engaño y robo.
El
relato juega deliberadamente con el desplazamiento
entre verdad y ficción, haciendo que el lector, como el narrador, dude
de la veracidad de lo contado… y al mismo tiempo no pueda dejar de apreciarlo
como una historia “verdadera” en un sentido emocional.
La historia
La
anécdota principal —un desconocido que pasa la Navidad fingiendo ser el nieto
de una anciana ciega— es sencilla,
humana y profundamente efectiva. En un tono cálido, con algo de ironía,
se habla de temas complejos como:
- La soledad en Navidad.
- La
necesidad de afecto y de creer en algo.
- La ambigüedad moral: ¿es malo mentir
si se genera un momento de felicidad?
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