Cuento a partir de las notas del Diario
Anita Vicente.
Comisión
n°5, Santiago Castellano.
Consigna:
Escribir un cuento a
partir de otro de alguna de las notas del DIARIO de Escritor/@, puede tener que ver con alguna frase o
cartel, con los sueños, un diálogo o un objeto anotados, de tono policial, que incluya las
palabras: "perro negro", "reloj de pie", "enano",
"espejo roto", "¡cuidado!", "cuchillo
herrumbrado". Extensión libre.
“El
Cuarto De Arriba”
Estaba
en la casa de mis padres, la casa de mi infancia, había regresado a mi pueblo
después de un largo tiempo sin ir allí. Creo que estos últimos años no había
vuelto porque ya no me sentía tan cómoda como siempre, ya no sentía que era mi
casa. Cuando entre después de tantos años vi algunos muebles diferentes y
corridos de lugar, supuse que mi madre los había cambiado ya que era muy
propensa a hacerlo, pero al subir las escaleras veo que también las
habitaciones estaban desordenadas, la distribución era diferente. Todo parecía
desplazado por una mano ajena, como si alguien hubiera reordenado mi infancia
sin permiso.
La
sospecha creció en mi interior cada vez más. De repente, escuche un ruido
proveniente del piso de arriba. Subí las escaleras con cautela, la madera
crujía bajo mis pies como si la casa protestara con mi presencia. Al llegar al
final del pasillo encontré una puerta que nunca había visto antes. La abrí
lentamente, esta estaba llena de objetos extraños que jamás había visto en mi
casa, parecían sacados de un loquero, un espejo roto que reflejaba mi rostro en
fragmentos distorsionados, un reloj de pie que marcaba las horas hacia atrás y
una figura de un enano de jardín apoyado contra la pared, pero no un simpático
de colores vivos, sino uno de podrá, con una expresión cruel tallada en el
rostro.
En
el centro, un perro negro de pelaje áspero y ojos brillantes me observaba en
silencio. No gruñía. Solo estaba allí, quieto, como si custodiara algo.
-¿Quién
te dejo entrar aquí?-dije en voz alta, más para mí que para él.
Avance.
El reloj empezó a sonar con fuerza, campanadas huecas que parecían desgarrar el
aire. Todo empezó a temblar. Me gire hacia la puerta, pero esta se cerró de
golpe.
-¡Cuidado!-grito
una voz detrás de mí.
Me
voltee. No había nadie… solo el espejo, y en uno de sus fragmentos vi a alguien
más. Una figura agazapada detrás del enano.
Un
destello metálico me hizo retroceder justo a tiempo. El cuchillo herrumbrado cayó
cerca de mis pies, clavándose en el suelo con un golpe seco. Una sombra salió
corriendo de ente los objetos y desapareció por un agujero del suelo que no
había notado. Corrí tas ella, pero
cuando mire por ese agujero solo encontré oscuridad y una cinta de casete con
mi nombre escrito a mano.
Comentarios
Publicar un comentario